domingo, 22 de abril de 2012

Anfibios


Lucha entre centauros y lapitas.
Olympia, Peloponeso 2009.

Ni Centauros ni Lapitas. A los dos los exterminó el salvaje Heracles después de las bodas de Hipodamía y Piritoo y de la victoria de los segundos sobre las huestes anfibias.

No será muy correcta la anfibolía, que solemos aplicar a los que pueden vivir al mismo tiempo en el agua y en la tierra, y también a los argumentos y pensamientos reversibles que lo mismo valen para un roto que para un descosido, aquellos que manejan los que se van con los de la feria y vuelven con los del mercao, pero el Centauro participaba también de dos mundos e Hipo-damía, su protegida,  que significa ´Domadora de caballos`, quiso ingresar en la familia de los lapitas para convertirse también en domadora de hombres y experimentar las dos vidas.

La batalla se decantó a favor de los lapitas después de mucha saña y derramamiento de sangre por los dos bandos. Y finalmente todo fue en vano porque llegó Paco con la rebaja y los mandó a todos a pacer al Hades.

No sé si esto tiene algo que ver con la unidad que centauros y lapitas necesitamos para resistir la fuerza bruta del tercero en discordia, que sólo aspira a seguir ejerciendo de juez de la contienda mientras los dos púgiles se desangran. Sólo le facilitamos la labor.

A ese animalico lo mató por celos sin querer, porque se pasó de dosis, su mujer Deyanira con la ayuda de otro centauro, Neso, con cuya sangre empapó la capa del León de Nemea, que el bruto había estrangulado y desollado en su primer Trabajo y que vestía como trofeo y abrigo.
No hay ídolo que no caiga con todo el aparato y éste murió abrasado en el souvenir de su propia fechoría.

Dejemos el mito y la parábola y volvamos a la mar...

Θάλασσες (Ενα ποτήρι θάνατο) Μητροπανος Δημήτρης, Dimitris Mitropanos, Mares. 


Υγεία και καλή θάλασσα, Salud y buena mar!

Barbarómiros.