La bocana del puerto de Kos, al fondo Turquía. A la izquierda el pesquero, a la derecha el deportivo. Grecia, julio 2013. |
Κως
Buenos días. Aún no reuní fuerzas para volver a escribir abondo, como decimos en Asturias, en cantidad, me siguen salvando las programaciones, pero voy a rellenar este día de descanso en la otra Psilicosis con una fotografía del puerto de Kos aquí, cuatro palabras y una canción.
Uso deliberadamente Kos, con K, porque así lo hacen los griegos, aunque en castellano se escribe con C. Aclarado.
Los mercantes y grandes ferries que hacen la ruta del Dodecaneso de isla en isla, atracan en muelles vecinos, más a la derecha, una vez superada esa barra que cierra por el sur la gran rada del puerto. En esa barra, y en los pantalanes más cercanos al centro de la ciudad, amarran los deportivos y turísticos, y bajo la fortaleza y la muralla, los barcos de lujo.
Turquía, Bodrum, una zona de mucho turismo, está muy cerca y se ven las laderas montañosas de la costa de Asia Menor tapizadas de urbanizaciones que son un auténtico horror, al estilo casi de las nuestras mediterráneas. Los barcos, griegos y turcos, de turistas en su mayoría nórdicos, van y vienen de contínuo de una orilla a la otra.
En este tiempo hemos sabido que Lola y Alberto regresaban en el Teach a Benalmádena, su puerto de origen.
El Capi me había dedicado una entrada en su blog, Desde la popa, en agosto, porque también salió a tirar la basura y se encontró con un fantasma íntimo del estilo de los míos. Tardé en leerlo, ya que no tuve ordenador ese mes. Era un texto melancólico que me dejó un poco preocupado.
Y su última entrega, sobre los peligros, o más bien sobre "los tipos peligrosos para la navegación", incluida la denuncia pública de uno de esos sobraos de la pasta, tiene algo de alarido solitario o del "No nos moverán"...en el Mar de los Sargazos. ¡Espero que la tristeza no te doblegue, Capi!
Ana y Jesús, Navegando por Grecia, costeaban este mes con La Maga por Eubea y las Esporadas. ¡Hasta fodearon en Agioi Apostoloi!, el puerto de Petriés, el pueblo de Yianis Tsakós, Apodromos, lugarín donde pasamos los tres veranos anteriores y al que he dedicado más palabras e imágenes en los dos blogs.
Ana nos ha servido, entretanto, otras dos crónicas muy interesantes, sobre el pan y las tabernas en Grecia, que invito a leer.
Y anteayer mismo la tercera. Escribe sobre el estrecho de Kafireá entre Ándros y Eubea, un canal peligroso para la navegación. Pero hay también melancolía en su relato, más poético que de costumbre, con toques paisajísticos impresionistas y un cierto existencialismo cuando aborda la vida libertaria, apartada y silenciosa de los navegantes. Es en realidad una crónica literaria en el más puro estilo marinero de su maestro Conrad.
Y en un comentario cuenta también un incidente en Poros con otro de esos pijos prepotentes que, con sus dineros e influencias, puede buscarte las vueltas por otras vías nada deportivas.
Dedicaré dos o tres entradas más como ésta a Kos, una foto, un corto comentario y música. Hoy he hablado más de los colegas que de Kos...
Tsaligopulu.
Μες στου Αιγαίου τα νησιά. En medio de las islas del Egeo.
Salud y buenos vientos
Barbarómiros
Es triste que navegando te den más por culo otros navegantes que los propios de la burocracia y sus ecuaces. ¿Melancolía? Pocos que no tengan un velero saben lo que cuesta "ponerlo a flote" (y no me refiero a la "pasta") para tener que tropezarte, también, en esos escalones.
ResponderEliminarUn besito
Viriato
Choro de emoción sabiendo que la kapetánissa flota agora po la banda de Myrina, achá por Limnos...
EliminarSalud y non sufras!
ramiro
Sufro por no estar lejos...
ResponderEliminar...y tan alta vida espero/ que muero porque no muero..., te entiendo, amigo.
ResponderEliminarBesos, tanguista!