lunes, 13 de enero de 2014

El puertín de San Pablo. Lindos. Rodas


Λιμανάκι Αποστόλου Παύλου. El limanaki del Apóstol Pablo.
  Λίνδος. Ρόδος. Lindos. Rodas, verano 2013.

Άγιος Παύλος


Buenos días. El puertín de San Pablo lleva el nombre del llamado con propiedad apóstol de los gentiles, ya que el de Tarso puede ser considerado el decimotercer apóstol y el primer misionero de la naciente religión cristiana, predicador en el mundo griego dominado por los romanos, al principio entre las comunidades hebreas de la diáspora y enseguida entre las gentes no judías.

Son conocidos a grandes rasgos los periplos paulinos, los tres primeros fundacionales y pastorales, y el cuarto cuando fue conducido preso a Roma desde Jerusalén, después de apelar a la justicia del César, como ciudadano romano que era. Los Hechos de los Apóstoles y sus propias cartas dirigidas a las comunidades que visitó, y donde dejó seguidores, son las principales fuentes de información sobre su vida y milagros. Algunos contemporáneos y sus discípulos conservaron y continuaron su obra, al tiempo que proporcionaban también datos sobre su vida.

La tradición popular y el relato mitológico cubrieron las lagunas. Hasta situarlo incluso en la Península Ibérica inmediatamente antes de su martirio en Roma por decapitación, y no crucificado, privilegio de su ciudadanía, acusado de sedición.

Parece que el judio Saúl-Saulo, o el romano Paulus pasó por Rodas después de su tercer viaje y de su estancia de dos o tres años en Éfeso, camino de Jerusalén, donde llevaba las limosnas caritativas recogidas de sus fundaciones a la más pobre comunidad cristiana judía. Y el lugar escogido para su arribada fue Lindos, más exactamente esta pequeña bahía casi circular que lleva su nombre desde entonces. Una capilla a él consagrada junto a la orilla sur recuerda la efeméride.

Es curiosa la costumbre de las nuevas mitologías, en este caso la cristiana, de apropiarse de los lugares ya consagrados por la tradición, fueran éstos famosos por su historia, por sus templos o por su belleza. Lindos reunía las tres características. Y más que curiosa, la costumbre es bien política y deliberada: los nuevos dioses reinan allí donde murieron los antiguos.

La bahía es poco más que un par de piscinas olímpicas, unos 150 m. de larga, por 100 de ancha, con una salida al mar de diez o doce metros de boca. Está arrimada por el norte a la ladera que asciende casi vertical hasta el lado sur de la Acrópolis lindia. En lo alto de la base de la roca sobre la que se asienta la fortaleza, se abre la famosa cueva donde la película  Los cañones de Navarone situó la formidable artillería alemana que dominaba el paso entre Rodas y Turquía.

Más que un puerto, Áyios Pavlos es un amarradero para pequeñas embarcaciones. Dispone de una zona para barkulas debajo mismo de la Acrópolis y un minimuelle en el borde sur junto a la capilla, que es el que vemos en la fotografía. Ese fuerte espigón rocoso lo defiende del mar por el este. Y en la orilla oeste tiene una playa de arena. El conjunto, visto desde lo alto, es una maravilla, porque además del mar de fondo, está rodeado por la fortaleza, Lindos con su doble rada, y al sur la bahía de Navarone, todo ello de un azul que cierra la boca y deja mudo al más boquiabierto y pasmao.

El sol de Rodas relumbra aquí con una potencia inusitada. Por una vez, y hablando de soles, pondré una banda sonora que no es griega ni habla del mar, aunque el grupo Pink Floyd estaba también enamorado de este rincón egeo. Como otra gran figura de la psiquiatría de los sesenta, Ronald David Laing. Volviendo a Pablo: popes de la nueva religión psicodélica.

Pink Floyd.  Set The Controls For The Heart Of The Sun.



Salud y buen rumbo!

Barbarómiros

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