martes, 9 de julio de 2013

Retrasos y ovejas


En dique muy seco.
Grecia, verano 2012.

De comentarios y kogoneras


Buenos días. Continúo la kronika kogonera, crónica cojonera para los académicos, embarcado en el Teach y La Maga, sobrevolando sus bitácoras y demás ingles, en sueños. ¡Y es que tenemos por fin noticias de los desaparecidos! Vamos por (las) partes.

Hace una semana supimos por Alberto que esa espera tan larga, esa especie de varada estival insospechada en su blog  Desde la popa, estaba motivada por algunos problemillas de última hora que, sin embargo, los habían retenido entre las Baleares y la Penénsula. Uso el diminutivo para referirme a los retrasos, que no estuvieron motivados por problemas de salud esta vez, sino por otros que no vienen a cuento. Menos importantes, pues.

Pero el caso es que el Teach ha ido navegando de una cala a otra de las Baleares y ha fondeado en Ibiza algunos días, que cierta noche tuvo jolgorio a bordo, según leí en su última entrada -los comentaristas y kogoneras somos indiscretos-. Hasta ahí he podido seguir su peripecia. Lola y el Capi esperan retomar las vacaciones y cuando escribo esto estarán costeando de nuevo. Porque ahí está la novedad, Alberto me dice con tristeza que probablemente renuncien a Grecia este año y se queden por las Baleares.

Yo le he contestado que para una kogonera, Grecia no deja de ser una disculpa más, aunque muy importante para este insecto concreto, y que seguiré zumbando si se quedan por esta parte del cada día más mare suyum, de ellos, los de la pasta, que nuestro, como diría Obelix a lo macarrónico.

Reconozco que con la foto de la barca rota les rozo con las alas las gónadas correspondientes, pero es que la tenía emparejada con la canción de hoy, muy triste pero que me gusta mucho, titulada  Barco roto, y de paso cumplía con mi cometido de moska.
Por otra parte no es ningún castigo quedarse languideciendo por esos rincones maravillosos que Alberto nos ofrece en sus crónicas baleares, y le repito lo que ya le dije, palabras suyas con las que cierra su última entrega del 16 de junio, Pollensa-Soller : "No cabe duda que merece la pena venir hasta aquí. ¿No creéis?". ¿Quién se atrevería a decir que no?

Y hace un par de días Ana Capsir dio también señales de vida haciendo un comentario en la otra Psilicosis y poco después regalándonos una nueva crónica en su blog  Navegando por Grecia, La invasión de los ultracuerpos, nisiótika agropecuaria, un blues marinero y griego...

el desvalimiento
 de ovejas y de corderos
en un mundo cambiante
que se lleva por delante
lo mejor 

Su última entrada, aquella de la ristra de ajos, fue el 18 de junio, muy poco después que la del Capi, así que nos han tenido cerca de tres semanas a ajo y agua.
La historia de las ovejas y la familia jipi de Meganisi es graciosa y triste a un tiempo, el rebaño humano huérfano y sin saber por dónde tirar después de la ruina, mientras se escucha la algarabía artificial de una boda y balan los corderos..., ¡Y que vivan los novios! Las analogías pueden ser variadas.

En fin, queridos marineros de agua durse, en Levkada o en Ibiza, junto al lago, el río, la pistina o el lavadero del patio, que seáis felices y luzcáis tan frescos como siempre.

¡Salud, buenos vientos y mejores alimentos!

Κώστας Καράλης.  Σπασμένο καράβι.  Spasmeno karavi. Barco roto.

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